Existen una serie de medicamentos (bifosfonatos, anticuerpos monoclonales y metotrexato, entre otros) que han demostrado su eficacia en el tratamiento de algunas enfermedades que afectan a los huesos, como las metástasis óseas y la osteoporosis (muy frecuente sobre todo en mujeres con menopausia), artritis y psoriasis.
Dichos fármacos pueden administrarse por vía oral (lo más frecuente), vía intravenosa (en casos de enfermedades más severas) o en una inyección. En cualquiera de estos tres casos, si va a comenzar a tratarse con alguno de estos medicamentos, es muy importante que avise a su dentista. Igualmente, si lleva tiempo con ellos, será decisivo detallar cuándo comenzó y cada cuánto debe de administrárselos.
Los bifosfonatos orales se acumulan en el hueso de manera irreversible, por ello, una persona que lleva tomando bifosfonatos menos de 3 años por vía oral, el riesgo de osteonecrosis maxilar es mínimo, sin embargo, pasado este tiempo, las probabilidades con tan solo una infección, o exposición de hueso durante una intervención (como colocar un implante, sacar una muela…) e incluso de manera espontánea, son elevadas.
Ni que decir tiene, si se usa por vía intravenosa (su peligrosidad se potencia). Los anticuerpos monoclonales (inyección semestral como por ejemplo Prolia®) actúan de manera diferente, ya que, al dejarla de inyectar durante 6 meses, se habrá eliminado de nuestro cuerpo por completo, siendo seguro cualquier tratamiento dental. Hay que tener en cuenta que dicha inyección surgió relativamente hace poco, lo cual nos puede llevar a pensar que anteriormente pudo estar tomando bifosfonatos.
El peligro de estos fármacos radica en su acción en el hueso, que puede llegarle a producir una necrosis (muerte del hueso) siendo más grave en los huesos de la boca ya que aquí existen numerosas cargas de la masticación.
Recuerda, es muy importante que los odontólogos de la clínica conozcamos toda la medicación que usted toma y que se mantengan actualizados en su historia clínica. No olvide que la boca forma parte de nuestro cuerpo y que cualquier fármaco es susceptible de causarle efectos secundarios.
Dra. Elena González García.
Odontóloga en Clínica Juana Mª Fernández.