Primero de todo, se realiza un diagnóstico del paciente para elaborar una propuesta de tratamiento. Las pruebas de diagnóstico incluyen diversas pruebas de imagen como radiografías o escáneres.
Después, con toda esta información, se planifica la cirugía y colocación de los implantes. Una vez el implante está integrado en el hueso, se procede a la colocación de la prótesis definitiva o corona, cuya función será similar a la de un diente natural.
Es importante realizar controles periódicos para su correcta revisión y mantenimiento y evitar cualquier tipo de problema.
Actualmente, disponemos de escáneres intraorales que nos ayudan a la hora de tomar registros y medidas y nos hacen ser muy precisos a la hora de elaborar las coronas o prótesis y mejorar la posterior rehabilitación del paciente.