Cepillado dental

Las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis) son en la actualidad, junto con la caries, las enfermedades dentales más prevalentes entre la población del siglo XXI.

La gingivitis por su parte, en una de sus formas clínicas, denominada gingivitis inducida por placa, es más prevalente en niños y adolescentes, cuyos hábitos de higiene oral suelen ser deficientes e incorrectos. Es por ello, que nuestra nueva entrada del blog, hace referencia al cepillado dental.

La evidencia científica, ha demostrado en numerosas ocasiones, que la remoción de placa bacteriana (masa blanquecina que se deposita en la superficie del diente y que posteriormente se calcifica convirtiéndose en sarro), disminuye los niveles de sangrado y de inflamación de la encía. Dicha remoción se consigue con el uso de cepillo dental, que permite el barrido mecánico de esta placa.

Ante la pregunta, ¿cuál es el mejor cepillo dental? ; la respuesta siempre es clara: “aquel que consiga eliminar la mayor cantidad de placa bacteriana en cada caso (persona).”

El primer cepillo eléctrico fue fabricado en 1880 gracias al ingenio del Dr. Scott; más tarde en Suiza se fue desarrollando la idea. En 1960, Squibb Pharmaceutical (EE.UU.), coincidiendo con el centenario de la Asociación Dental Americana, presentaron el “ Broxodent”.

En un principio, estos cepillos fueron diseñados para solventar las dificultades de la higiene oral en personas con discapacidad o con poca destreza motora; no obstante, su uso fue extendiéndose y popularizándose, a medida también, que se hacían más económicos.

La eficacia de los distintos tipos de cepillo, ha sido analizada en muchos estudios, de los cuales podemos concluir que el cepillo eléctrico con tecnología oscilante-rotatoria (vibraciones y rotación del cabezal) reduce más la placa interproximal y los sitios de sangrado, que los cepillos manuales y también, comparado con los eléctricos sónicos. Éstos últimos irrumpieron con fuerza en el mercado, en la última década, por su tecnología sónica en forma de energía acústica. Uno de los problemas más comunes en este tipo de cepillos es que el paciente necesita un tiempo de adaptación más prolongado a causa del “ cosquilleo” que se produce en la encía, que puede resultar incluso desagradable. Las casas comerciales ya han mejorado este hándicap aumentando progresivamente la vibración sónica.

El cepillo eléctrico ofrece ventajas al manual tales como: uso de diferentes cabezales para que sea usado por todos los miembros de la familia, cabezales adaptados a situaciones específicas orales, el tamaño del cepillo permite un mejor acceso a zonas posteriores, detección de una excesiva fuerza gracias al sensor de presión (en ocasiones, un cepillado agresivo puede producir recesiones gingivales, dando lugar a exposición de la raíz del diente y consecuentemente sensibilidad), aviso del tiempo (mediante vibraciones), uso de dispositivos móviles y tablets para los más pequeños, donde gracias a una aplicación podrán estar entretenidos mientras realizan su cepillado diario y de esta manera conseguir el hábito y mantener la motivación.

Somos autodidactas en el cepillado y no siempre sabemos hacerlo bien, por ello te invitamos en ClÍnica Dental Juana María Fernández a enseñarte a hacerlo correctamente para tu situación en concreto, ya que hay sonrisas como personas.

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