El carbón activado o carbón activo es un material de carbón poroso. Los carbones activados poseen una capacidad de adsorción elevada y se utilizan para la purificación de líquidos y gases. Antiguamente este producto se usaba para la filtración de aguas, debido a su gran capacidad de absorción y eliminación de toxinas.
En la actualidad, existen marcas que comercializan este producto para su uso en odontología, en forma de pastas dentríficas o incluso carbón activado en polvo para el cepillado dental. Antes de usarlo, es conveniente informar a los consumidores de los daños que conlleva este tipo de sustancia en nuestros dientes y encías.
En primer lugar, esta sustancia no está reconocida por la Asociación Dental Americana (ADA) ni existen estudios en la literatura científica que afirmen que el carbón activado tenga propiedades antibacterianas o como blanqueador dental.
El carbón activado es un abrasivo mineral, y puede afectar a tus dientes y encías desgastándolos, por lo que usarlo como parte de tu higiene oral te expone a daños, no a beneficios. Debido a la pérdida progresiva del esmalte que produce, tus dientes se verán más susceptibles a la caries dental.
El carbón activado actúa en nuestros dientes con un efecto similar al de una lija, puede eliminar manchas superficiales, pero a la vez está eliminando parte del esmalte dental que protege nuestros dientes. Su uso a medio o largo plazo puede causar la pérdida completa del esmalte y la consecuente exposición de dentina, lo que hace a nuestros dientes mucho más sensibles y con un aspecto más amarillento.
Por todo ello, si estás pensando en blanquear tus dientes, no te dejes llevar por modas pasajeras que puedan afectar a tu salud y consulta siempre con un especialista que pueda aconsejarte sobre este tema.
Si necesitas conocer más sobre blanqueamiento dental, también puedes visitar nuestro blog: Blanqueamiento Dental, la sonrisa del verano.